"Nace y muere a diario. Cada mañana es un niño y cada tarde, un anciano. Y en el tránsito del uno al otro, el Amarillo abarca todos los sentimientos, todas las virtudes, todos los defectos.
Por la mañana: diversión, optimismo, simpatía.
Al mediodía: traición, pasión, locura.
Por la tarde: creatividad, madurez, reflexión.

Esta velocidad en su ciclo vital hace que nadie sepa realmente cómo tratarlo. La contradicción siempre asusta, y él es pura contradicción. Tiene, sin embargo, grandes valedores en el mundo del arte. El más destacado fue un hombre también perdido en las horas y los días, un pelirrojo de ojos alucinados que buscaba el Amarillo por los campos del Midi francés: Vincent van Gogh. Cuando mira los cuadros del malogrado pintor, siente una íntima gratitud. Sin embargo, se quedó indiferente al oír la sentencia de la escuela Bauhaus: . Si vosotros lo decís..., pensó, y siguió su camino. 

Vive ajeno a las críticasy a los elogios. No tiene tiempo ni para lo uno ni para lo otro. 
Camina con la cabeza bien alta, pero no por vanidad, sino por hambre de luz; y siempre se está comiendo las uñas, lo que delata su falta de elegancia.

Tiene la voz aguda de las ancianas quejosas.

Cada año, en los campos Elíseos, se oculta entre la multitud para disfrutar de la final del Tour de Francia. Le gusta el momento en que al ganador le ponen el maillot amarillo. Es su manera de compensar la poco simpatía que por el siente el mundo del teatro.

No es de extrañar, pues, que le guste el deporte, pero no la lectura. Disfruta, sin embargo, con el cine, especialmente con Lawrence de Arabia, de David Lean. 

Su frase más famosa: - El futuro es amarillo, pero no importa demasiado -.



Temática: Diseño Gráfico
Por: Otto & Olaf y Nacho Martí
Editorial: Index Book
Año: 2008

Texto por Felipe Cano
-felipe@otto-olaf.com-

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